Rincón para orar

ORAR CON CANCIONES

En esta sección iremos publicando diversas propuestas para la oración personal o comunitaria. En primer lugar, ofrecemos una serie preparada por Guzmán Pérez, director de la revista FAST: «Orar con canciones». Son meditaciones que fueron publicadas previamente en la revista Misión Joven, mensualmente durante el año 2009.

QUEDARME A TU LADO (Letra y música: Fray Nacho Blasco)

• A menudo creemos que podemos modelar el “barro” que somos sólo con nuestro esfuerzo, creyéndonos los únicos “alfareros” de nuestra vida. Podemos olvidar que Dios, que nos ha creado “del barro” por amor (Gn 2,7), es quien puede realmente “modelar” nuestro “barro”.
• Antes de escuchar la canción, te sugiero que invoques la presencia del Espíritu, para que te ayude a orar, a escuchar al Señor, a estar disponible a su acción en ti. A continuación puedes leer el texto del profeta Jeremías (Jr 18,1-6), en el que Dios pide a su pueblo que se ponga en sus manos y se deje amasar del mismo modo que hace con el barro el alfarero.
• Una vez leído el texto en actitud orante, escucha la canción:

Al final, traigo este barro,
tras torpes modelados
de alfarero aficionado.
Tras la lluvia, de esta vida,
que la llena de charcos,
A la hora del ocaso, vuelvo a tu lado.

Al atardecer, cuando el día
se retira ya cansado,
y este barro pide a gritos modelarlo,
al calor del hogar que produce tu abrazo,
al sonido de la hoguera, vuelvo a tu lado.

Hoy vuelvo a ti, vuelvo a tu lado,
cansado, perdido y agotado.

Y en esta búsqueda, dame consuelo,
que ando perdido, que ando esperando
quedarme a tu lado.
Y al calor que tú das, seca este barro,
que quiero dorarme al calor de tu abrazo,
y quedarme a tu lado.

• Tras meditar el texto y escuchar la canción, puedes orar con estas pistas:

1. “Al final, traigo este barro, tras torpes modelados de alfarero aficionado”… Seguro que te ocurre a veces esa “impotencia” de no ser capaz de cambiar, de convertirte, de superar tus faltas de fe, de amor… ¿No será que no cuentas con Dios para ello, que te encierras en tu orgulloso voluntarismo? ¿Has probado a acercarte a Él, a dejarte ayudar, guiar, modelar, por Él y su Palabra? Vuelve hoy a su lado y preséntate ante Él tal como eres, con tus “grietas” y “torpes modelados”. Pídele con humildad que te abra el corazón para dejarte querer y ayudar…
2. La canción expresa el deseo de volver “al calor del hogar” que produce el abrazo del Señor. ¿Sientes tú ese deseo, esa necesidad de estar con Él, de dejarte renovar por su abrazo misericordioso? ¿Cómo es tu “abrazo” con los demás? ¿Se sienten acogidos por ti, se sienten “como en casa”? Pide a Dios más fe y generosidad para ser reflejo de su “abrazo” con la gente que te necesita…
3. Quedarse al lado de Jesús no es simplemente sentir el “gustito” de estar con Él, como si nada ocurriera alrededor. El gozo y el “calor” del encuentro con Él tiene que “evangelizarnos”, llevarnos poco a poco a asumir vitalmente sus sentimientos, sus actitudes, sus opciones… ¿Tu oración te lleva al compromiso, o buscas en ella simplemente un “refugio” cálido que no te remueva por dentro? ¿Qué afectos, actitudes, deseos, crees que Dios te llama a transformar en tu vida, para que sean como los de Jesús? Pide al Señor su gracia para dejarte “evangelizar” por dentro…

• Puedes dejar tu comentario con aquello que te haya sugerido esta oración…

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MI CUERPO ES COMIDA (Letra: Pedro Casaldáliga. Música: Fran Ros)

• Estamos celebrando la Pascua, el acontecimiento central de nuestra fe y del año litúrgico. La vida entregada, hasta la muerte en la cruz, y resucitada para darnos vida. La vida de Dios hecha carne, presente para nosotros en el pan y el vino, que nos llama a ser alimento que dé vida a los hermanos. Esta canción basada en un soneto del obispo Pedro Casaldáliga puede motivarnos a que nuestra vida sea más eucarística, a renovar la fe en la Eucaristía. No en la práctica eucarística por sí sola, sino en Quien es la Eucaristía, en Quien se nos ha dado por completo y gratuitamente: Jesucristo. Antes de escuchar la canción, te sugiero que leas los textos de Lc 22, 14-22, que nos presenta el relato de la Última Cena, y Jn 6, 48-58, una parte del discurso del Pan de Vida.

• Una vez leídos los textos en actitud orante, escucha la canción:

Mis manos, esas manos y Tus manos
hacemos este Gesto, compartida
la mesa y el destino, como hermanos.
Las vidas en Tu muerte y en Tu vida.

Unidos en el pan los muchos granos,
iremos aprendiendo a ser la unida
Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos.
Comiéndote sabremos ser comida.

El vino de sus venas nos provoca.
El pan que ellos no tienen nos convoca
a ser Contigo el pan de cada día.

Llamados por la luz de Tu memoria,
marchamos hacia el Reino haciendo Historia,
fraterna y subversiva Eucaristía.

• Tras meditar los textos y escuchar la canción, puedes orar con estas pistas:

1. En la Pascua de Jesús, en su pasión, muerte y resurrección, en su Eucaristía, nos unimos todos como hijos y hermanos, nos asociamos a una misma Vida y un mismo destino: el de Jesús. ¿Cómo es tu vivencia de la Eucaristía? ¿Te preparas interiormente para vivirla a fondo, para renovar en ella la comunión con Jesús y su seguimiento, para ser una persona más “eucarística” y entregada en tu día a día?
2. El pan —signo de Cristo y de su amor— nos une como Iglesia, como comunidad de creyentes, aunque seamos distintos “granos de trigo”… Y comulgando con Él hemos de aprender a ser “comida” para otros. Pregúntate cómo vives tu fe en comunidad, qué aportas para construir esa “Ciudad de Dios, Ciudad de los humanos”… Pide a Dios la fuerza de su Espíritu, que su Pan te renueve el corazón, para ser así “pan tierno”, y no “pan duro”…
3. El vino —sangre derramada— no puede dejarnos indiferentes, aunque estemos tan acostumbrados a verlo en cada Eucaristía. La pasión de muchos hombres y mujeres que sufren, el alimento que les falta, tiene que removernos por dentro y hacer más fraternas y subversivas nuestras celebraciones eucarísticas y nuestra vida. ¿Es la Eucaristía para ti un “tranquilizante”, un mero rito totalmente ajeno a la vida de los que sufren, o por el contrario un “empujón” para la entrega y la caridad? Trae a tu oración a personas —cercanas o no— que sufren injusticia, privación de su dignidad, hambre, soledad… Renueva ante Jesús tu compromiso por ellos: «Señor, quiero ser contigo, y como Tú, pan para mis hermanos»

• Puedes dejar tu comentario con aquello que te haya sugerido esta oración…

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DESAPRENDER (Letra y música: Luis Guitarra)

• Al comenzar la Cuaresma, esta canción puede ayudarnos a revisar nuestra vida, a desaprender esas actitudes que nos hacen dar la espalda a Jesús y a su Evangelio, a aprender aquellas otras que nos sitúan en la dinámica del Reino de Dios. Antes de escuchar la canción, te sugiero que invoques la presencia del Espíritu, para que sea Él quien guíe tu oración y tu vida. A continuación lee el texto de Lc 6, 20-38, que nos presenta algunas de las actitudes fundamentales del seguidor de Jesús que hemos de aprender y vivir.

• Una vez leído el texto en actitud orante, escucha la canción en este video:

Desaprender la guerra, realimentar la risa,
deshilachar los miedos, curarse las heridas.
Difuminar fronteras, rehuir de la codicia,
anteponer lo ajeno, negarse a las consignas.

Desconvocar el odio, desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza, rodearse de caricias.
Reabrir todas las puertas, sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones, rendirse a la Justicia.

Rehabilitar los sueños, penalizar las prisas,
indemnizar al alma, sumarse a la alegría.
Humanizar los credos, purificar la brisa,
adecentar la Tierra, reinaugurar la Vida.

Desconvocar el odio, desestimar la ira,
rehusar usar la fuerza, rodearse de caricias.
Reabrir todas las puertas, sitiar cada mentira,
pactar sin condiciones, rendirse a la Justicia.

Desaprender la guerra, curarse las heridas.
Desaprender la guerra, negarse a las consignas.
Desaprender la guerra, rodearse de caricias.
Desaprender la guerra, rendirse a la Justicia.
Desaprender la guerra, sumarse a la alegría.
Desaprender la guerra, reinaugurar la Vida.

• Tras escuchar la canción, puedes reflexionar y orar con estas pistas:

1. Toda la canción está repleta de infinitivos, de acciones, de verbos que estamos llamados a “conjugar” en primera persona, de actitudes que hemos de vivir para humanizar y reinaugurar la vida. Relee la letra de la canción, poniendo “voy a” delante de cada verbo (“voy a anteponer lo ajeno”, “voy a reabrir todas las puertas”…).

2. Y ahora que has puesto la mirada en ti mismo, en tu manera de vivir, pregúntate cuáles de estos verbos te cuesta más conjugar, cuáles de estas actitudes tienes que cambiar, qué te queda por desaprender y aprender… Pide a Dios la fuerza de su Espíritu, para poder vivirlas a fondo y con libertad…

3. A continuación puedes mirar a tu alrededor, pensar en aquellas personas que conoces que viven profundamente estas actitudes, que son semilla del Reino allí donde están. Da gracias a Dios por ellos, y pídele por su fidelidad, para que sigan creciendo en generosidad y entrega…

4. A tu alrededor hay también situaciones en que, por desgracia, estos verbos no se “conjugan”: conflictos, venganzas, ira, desamor, egoísmo, injusticia, maltrato, violencia, falta de cariño, marginación… Pon nombre y caras concretas a estas situaciones, trata de ponerte en su piel, de sentir la compasión que sentía Jesús. Pídele al Señor por todas estas personas que sufren lo más inhumano, que están privados de su dignidad, y renueva ante Él tu compromiso por la Vida y el Reino…

• Puedes dejar tu comentario con aquello que te haya sugerido esta oración…

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LA VERDAD DE NUESTRO ANDAR (Letra y música: Manolo Copé)

• ¿De quién hablamos cuando hablamos de Jesús? ¿A quién nos dirigimos cuando oramos a Jesús el Señor? ¿Qué pinta realmente en nuestra vida ese Jesús al que tanto nombramos? Con ayuda de esta canción de Manolo Copé podemos aclararnos un poco…
• Antes de escuchar la canción, te sugiero que invoques la presencia del Espíritu, para que te ayude a descubrir quién es verdaderamente Jesús, el Señor. A continuación lee el pasaje de la confesión de Pedro en Cesarea (Mc 8, 27-33), en el que Jesús pregunta a sus discípulos quién creen ellos que es Él.
• Una vez leído el texto en actitud orante, escucha la canción o descárgala:

Quiero cantarle hoy a Aquel
que nació en un portal.
Fue perseguido de niño
y más tarde hasta el final.
Creció junto a su madre,
a servir de ella aprendió.
A lo alto de una cruz
lo clavaron, se subió.

Entregó toda su vida,
con las manos trabajó.
Su mirada es salvadora,
como amó así nadie amó.
A los más necesitados
hizo suyos los curó.
Luchó contra la injusticia;
libertario; Hijo de Dios.

Él es nuestro camino
la verdad de nuestro andar,
vida de vida abundante,
nueva luz, eterno amar.
Hombre y Dios, Jesús el Cristo
el Mesías, Redentor.
Esperanza de los pobres,
de la muerte vencedor.

• Ahora, te sugiero estas pistas para orar:

1. La canción repasa algunos de los “hitos” más importantes de la vida de Jesús: su nacimiento, su vida oculta, su vida pública y dedicación a los más necesitados, su entrega hasta la muerte en cruz… Como si del rezo de un rosario se tratara, contempla esos misterios de la vida de Jesús, hijo de Dios. Puedes elegir alguno de ellos en concreto, imaginar y recrear la escena, como si te hallaras presente, tratar de descubrir qué hay en el fondo de ese acontecimiento salvador…
2. “Él es nuestro camino, la verdad de nuestro andar”, dice el estribillo de la canción. No es que Él esté en tu camino, no es un camino más: Él es el camino hacia la comunión con el Padre, hacia el Reino, hacia tu felicidad y la bienaventuranza de todos. Mira en tu interior, y con sinceridad pregúntate si Cristo es el camino de tu vida, si has decidido ir por sus sendas, si de verdad te fías de que Él sea la verdad de tu andar. Pide a Dios más fe y convicción para ponerte a caminar…
3. Aunque no seas poeta ni compositor, te propongo que escribas tu propia letra para esta canción. Ponte en la presencia de Cristo, coge papel y bolígrafo y escribe quién es Él para ti. No importa tanto la rima, la “poesía”, sino que de verdad escribas aquello que has descubierto de Él… Aquello que quieres vivir como Él…

• Puedes dejar tu comentario con aquello que te haya sugerido esta oración…

Quiero cantarle hoy a Aquel

que nació en un portal.

Fue perseguido de niño

y más tarde hasta el final.

Creció junto a su madre,

a servir de ella aprendió.

A lo alto de una cruz

lo clavaron, se subió.

Entregó toda su vida,

con las manos trabajó.

Su mirada es salvadora,

como amó así nadie amó.

A los más necesitados

hizo suyos los curó.

Luchó contra la injusticia;

libertario; Hijo de Dios.

Él es nuestro camino

la verdad de nuestro andar,

vida de vida abundante,

nueva luz, eterno amar.

Hombre y Dios, Jesús el Cristo

el Mesías, Redentor.

Esperanza de los pobres,

de la muerte vencedor.