Entrevista a Maite López

Maite LópezEn el amplio y variado panorama de la música cristiana que actualmente se hace en España, encontramos a una mujer que, tras muchos años componiendo y cantando desde la fe, hace unos meses ha publicado su primer disco. Se trata de Maite López, navarra de nacimiento e «itinerante» por naturaleza, que además de ser cantautora es la directora del Departamento Multimedia San Pablo. De su vida, de su música y de su disco «Amarás» hemos hablado con ella en esta entrevista que presentamos a continuación.

Llevabas bastantes años en este mundillo de la música, pero sólo hace apenas un año que publicaste tu primer disco, ¿crees que quizás es necesaria esa maduración artística y humana para que la música cuaje bien en un disco? ¿Qué ha supuesto la grabación del disco en tu vida personal y musical?

Ciertamente, llevo muchos años componiendo y cantando. Grabar un disco, sin embargo, son palabras mayores. Creo que es, sin duda, un sueño de cualquier cantautor. En mi caso, llevaba acariciando este sueño también mucho tiempo, pero las circunstancias han hecho que se retrasara el momento. Este hecho me ha dado la oportunidad de “pulir” las motivaciones que me han llevado a editarlo y de vivirlo con más serenidad. Al principio, crees que te vas a comer el mundo, que tu música es la mejor, que tu público lo está esperando y que grabar un CD es indispensable para realizar tu labor de evangelización y de compromiso. Luego, las perspectivas van cambiando y lo vives (al menos yo) como un fruto maduro, que llega (si tiene que llegar) para hacer el bien a otros, pero de una manera muy humilde, como una modesta aportación a la cada vez más creciente oferta musical (también cristiana) de nuestros días. Esto no quiere decir que no dé valor al hecho de haber grabado mi primer disco: «Amarás». Es todo un privilegio y ha supuesto para mí un paso muy importante. A nivel personal ha sido, como decía, el cumplimiento de un sueño (o, con palabras bíblicas, que tienen más peso, una promesa cumplida). A nivel profesional es un momento significativo que, de alguna manera, da paso a la “vida pública”, después de mucho tiempo de “vida oculta”.

En tu repertorio hay otras muchos temas aparte de las canciones de «Amarás» ¿Cuál fue tu criterio a la hora de elegirlas?

Amarás_portada discoElegir las canciones para un disco es una de las cosas más difíciles. Al menos a mí, me costó mucho elegir 12 de entre más de 100 temas. Uno de los criterios fue la “aceptación popular”. Varias de las canciones son bastante conocidas y queridas por distintos grupos que las cantan habitualmente. Es el caso de «La vida es Cristi», de «Viviré alabándote», de «Tuya» o de «Fieles». Otro criterio ha sido el de la significatividad a nivel personal, como «Amando hasta el extremo» o «Llama de amor viva». Finalmente otras han sido fruto de algunas opciones y criterios. Busqué un tema que fuera “la clave” no sólo del disco, sino que me definiera cara al público, por eso «Amarás» da comienzo al disco y le da título. Quería que en mi primer CD hubiera un tema dedicado a María e intenté ir a lo más hondo de su figura como mujer y creyente, por eso incluí «Ave María». Deseaba que el disco terminara con un buen sabor de boca, con un impulso al compromiso y a la esperanza, con una especie de himno a lo que es el centro de nuestra fe, la Resurrección… por eso elegí «Emaús». Creo que se trata de un repertorio variado y equilibrado. Pero sobre todo, creo que es un disco que me define muy bien.

¿En qué te inspiras a la hora de componer tus canciones?

Mis canciones nacen de mi experiencia de fe y de vida. He sentido siempre una gran necesidad de relacionarme con Dios cantando. Es una cuestión de “intensidad”. Casi todo mi repertorio ha nacido en contexto de oración. Son palabras, textos, frases que me han llegado dentro, que han marcado mi relación con el Señor, que han orientado e iluminado mi camino: salmos, textos bíblicos, escenas del evangelio… También hay oraciones y diálogos con Él. Otras son fruto de mis reflexiones o experiencias a lo largo de la vida (dolor, alegría, esperanza, dudas, personas, acontecimientos). Obviamente, la fe está vinculada a otras dimensiones a las que va íntimamente ligada como es el compromiso, el amor, la amistad, los problemas sociales. También estos temas ocupan parte de mi repertorio, pero más discretamente. En el fondo tengo la sensación de que mis canciones son una manera de poner nombre a algo que resulta muy difícil de explicar: la experiencia de Dios.

¿Ha sido fácil tu camino en la música cristiana? ¿Qué dificultades has encontrado a lo largo de estos años?

Tengo que decir que nunca me planteado la actividad musical como camino profesional, sino que ha sido un complemento (esencial e imprescindible) en mi vida, más centrada en el trabajo pastoral, la educación y, últimamente, el mundo de la comunicación. Es decir, no me he visto en la tesitura de depender de la música para vivir. Esto cambia mucho las cosas, ya que, aunque las dificultades siempre lo son y duelen, he podido relativizarlas con cierta facilidad. Por comentar algunas, creo que las mayores dificultades han sido fruto de mi propia evolución y la maduración personal (inseguridad, falta de autoestima, miedos). También he encontrado pocos apoyos, al principio, cuando llamas a determinadas puertas y no se te abren. Lo más difícil de aceptar para mí ha sido el encontrarme con personas cercanas, de buena voluntad, que te tienen cariño y te crean expectativas pero que luego te dan palmaditas en la espalda y no hacen nada concreto, pudiendo hacerlo, por ayudarte en este campo. Pero la verdad es que no puedo decir que he tenido grandes dificultades. Gracias a Dios, hoy en día, hay muchas posibilidades y el apoyo de la gente de a pie, de las comunidades, de los amigos, de los jóvenes nunca me ha faltado.

¿Crees que es posible evangelizar a través de la música? ¿Se puede llegar con ella al corazón de los no creyentes? ¿Cuál es tu experiencia en este campo?

Estoy convencida de ello. La música tiene, en sí misma, una capacidad única de llegar a las personas de manera significativa. Hay personas más sensibles a las emociones de la música. Otras lo son a la letra y a la reflexión que ésta provoca. Ambas son puertas privilegiadas para comunicar el mensaje del Evangelio. No tiene por qué ser siempre explícito, aunque a los creyentes convencidos nos da una mayor satisfacción. Yo entiendo la evangelización en un sentido amplio, no tanto en la transmisión de unos contenidos de fe, sino en descubrir que todo lo verdaderamente humano es de Dios y que Él está presente allí donde hay verdadera humanidad. Y siempre se puede llegar al corazón de las personas. Las experiencias que tengo en este campo me dicen que lo importante es el testimonio personal, más que las canciones en sí. La gente que desconoce la música cristiana se extraña, en general positivamente, de escuchar con palabras sencillas y a través de un lenguaje lleno de belleza, como es la música, un mensaje que siempre ha asociado con ambientes y lenguajes anticuados.

Sabemos que parte de los beneficios de tu disco van destinados a un proyecto en Camerún, ¿qué papel juega la solidaridad en tu compromiso artístico?

Fundación ProacisNo me considero ningún ejemplo de solidaridad, pero tengo bastante claro que lo que Dios me ha dado es para compartirlo: tanto a nivel de cualidades (en este caso artísticas) como a nivel material. Mis canciones son expresión de mi fe y el Jesús al que sigo fue pobre por opción. Este hecho no me deja indiferente. Fe y vida han de ir unidas, por eso parte del beneficio económico (escaso, por cierto, en nuestro sector) que generan las ventas del CD van destinadas a la Fundación Proacis, con la que me siento muy identificada y colaboro de manera habitual. Lamentablemente, sólo puedo hacerlo con los discos que distribuyo personalmente, en conciertos o pedidos de particulares. Aunque no he estado nunca en países en vías de desarrollo, tengo grandes amistades trabajando codo con codo entre los más pobres. Es una satisfacción poder aportar mi granito de arena ante tantas y tan grandes necesidades, ante las que me siento impotente. Creo que la solidaridad es un estilo de vida, no un hecho aislado.

¿Qué opinión te merece la música cristiana que se hace en España? ¿Qué cosas se podrían mejorar en ella? ¿En qué dirección debe caminar?

El panorama de la música cristiana en España es rico y complejo. Sufrimos (como en todos los ámbitos) los embates de una sociedad globalizada en la que todo parece al alcance de la mano. Hoy en día, gracias en parte a la tecnología digital, casi todo el mundo puede hacer arreglos, grabar, distribuir y difundir música. El riesgo es evidente: que la calidad musical puede empeorar notablemente. De todas las maneras, valoro muy positivamente el hecho de que la música se haya “democratizado” y que quien quiera pueda saltar a la escena de la música cristiana con su oferta. Hay música para todos los gustos y estilos: solistas, grupos, corales, música litúrgica, testimonial, de valores, etc. Aún así, a mi modo de ver, habría que hacer un esfuerzo por mejorar calidades (técnicas y artísticas), por profesionalizarse (aprender música, composición, interpretación musical, el correcto manejo de los software de edición musical, aprender criterios de diseño, etc…) y sobre todo un esfuerzo de formación (en el campo musical, pastoral, bíblico, teológico). Aún así, me gustaría insistir en el hecho de que hay mucha variedad de estilos para las distintas necesidades de la Iglesia y mucha oferta de grupos y artistas cristianos. Creo que el camino es esperanzador.

¿Crees que hay apoyo institucional, cauces y posibilidades reales para la música cristiana en la Iglesia y fuera de ella?

Sinceramente, me parece que hay pocas estructuras adecuadas, no sólo para facilitar a los autores e intérpretes cristianos cubrir sus necesidades de formación (que, lógicamente, son para beneficio de las comunidades cristianas), sino también para la correcta difusión de la música cristiana. No existe prácticamente ningún apoyo de las diversas instituciones eclesiales, oficiales y no oficiales, que deberían ser las primeras empeñadas en este campo. Veo que hay pocas iniciativas en esta dirección y me da pena. Pero no todo el peso recae en las instituciones. Hay todo un trabajo que realizar de concienciación también entre los miembros de la Iglesia. Habría que reivindicar, modestamente, un consumo responsable de música cristiana. Y no hablo de consumismo. Cabría preguntar a mucha gente (de Iglesia) si alguna vez en su vida ha comprado un disco de música cristiana (sea del estilo que sea). Cuando llega el momento de hacer un regalo, por ejemplo, ¿quién piensa en un disco adecuado para el momento o la persona?. En las comunidades religiosas, las parroquias, los grupos de jóvenes… ¿hay una completa discografía, actual y variada, a disposición de sus miembros?. Lamentablemente, en esta casa nuestra que es la Iglesia, se compra un disco y se piratean diez. Y así, es mucho más difícil que la música cristiana mejore y crezca. Si la tarea es ardua dentro de la Iglesia, no lo es menos en el ámbito de la sociedad en general. La música cristiana no existe, salvo como excepción y fenómeno mediático muy de vez en cuando (quién no se acuerda del boom de Silos). La pregunta sería si estamos preparados para ofrecer a los no creyentes un testimonio válido a través de la música, a la altura de sus necesidades y de sus expectativas. A veces, caemos en el fundamentalismo y el simplismo religioso, también en ámbito musical. No hay que desanimarse, pero hay mucho trabajo por hacer y en muchos frentes.

Cualidades o rasgos que crees que debe tener todo artista cristiano.

maitelopez4.jpgFundamentalmente dos actitudes: humildad y sencillez. Humildad para no pensar que somos los mejores y –sobre todo– porque lo que tenemos (poco o mucho) lo hemos recibido, nos lo han dado… no es un mérito propio sino un regalo, un don. Pensar (con frecuencia) que somos una de tantas personas que van sembrando semillas de Evangelio. Sencillez para no crear distancias innecesarias y ridículas, para tratar a todos de tú a tú y no por encima del hombro, para cantar en cualquier foro, sea del signo que sea, con o sin medios técnicos (aunque nos guste que se nos escuche bien), en todo tipo de ambientes. Otro de los valores que considero muy importante es saber adecuar el discurso, la palabra y el repertorio al público que te escucha. Captar las necesidades y el ambiente que se respira para dar lo mejor de uno mismo y hacer que los que te escuchan sientan que ha merecido la pena pasar ese rato contigo.

¿Alguna actuación o concierto próximamente? ¿Algún otro proyecto musical o solidario en el que estés implicada?

No he tenido nunca una agenda musical frenética. Pero ahora quizás es menos activa que en otras etapas. La razón fundamental es que mis compromisos de vida (familia, trabajo, comunidad) son cada vez más fuertes y me dejan menos tiempo disponible. Como proyecto más a largo plazo, estaría editar un segundo CD… pero antes necesito comprobar que «Amarás» tenga una buena acogida entre la gente. Además de cantar, y también esporádicamente, compongo temas para otros, escribo artículos, doy algunas charlas y cursos sobre la música juvenil, la música cristiana o temas de comunicación… Como veis, son muchos frentes, pero hay uno destacado: el de la música. Me encanta cantar y tener la oportunidad de compartir la fe a través de la música.

  • Si quieres más información sobre Maite López, su música, cómo conseguir su disco… entra en su página web.

Un comentario Agrega el tuyo

  1. josefa dice:

    bueno que sus canciones están bien bonitas y por favor, ¿pueden poner las letras de sus canciones para poder cantarlas? bueno adiós

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